136

Vidrieras. No hay vidrio empañado. No hay frío ni calor de uno o del otro lado. Objetos. Precios. Identidades numeradas. Intentos de ser. Intentos de tener. Un juguete rodando entre los pasos. Ninguno va a detenerse, ninguno va a detenerlo. Entre las calles tapizadas de vidrieras, entre las vidrieras tapizadas de objetos, entre los objetos tapizados de precios. Un juguete solo rueda, rodando entre pasos e infantes sin alegría, infantes privados de infancia, de juguetes, azuzados por los precios, los objetos, las vidrieras; el juguete rueda. El juguete como una rueda sin tiempo ni memoria ni existencia. El juguete de nadie, objeto perdido que no puede venderse, ni comprarse, ni tener precio, ni estar en una vidriera. El juguete rueda entre los pasos de transeúntes que ya olvidaron su infancia, su juego y su propio precio.

8 de Agosto de 2014

43

Bríos. Campos yermos. Despedir. El viento no trae nada nuevo. El río ya no es. No río por esto. Fueron sucediéndose los años, en apática complacencia, el cómodo hogar virtual que construimos sin tener idea. Las noches también. Son hierros que forjan jaulas.

37

La lluvia como espinas desgajadas imantándose a los suelos. La raíz promete sin la verdad. Marchita mucho antes, al principio. Ahí donde los huesos tiritaron primero. Ahí cuando aullar no era en absoluto, saludar a la luna.

2014

7 (REM)

Las ventanas

de adentro

como soles

atardeciendo.

59 – Montaña

Despertar. Abrir los ojos al mundo. Buscar la forma. Creer que se puede. Algo va a aparecer en el camino. Mientras tanto, cuidarlo. Andarlo sin freno, sin esperar, sin expectativa. Andarlo feliz y confiar en que cada piedra tiene razón de ser y en que las piedras no son montañas y la montaña más alta se lleva por dentro.

Marzo 2014